User:Wallace/Kabardan

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La historia de Kabardan es, en su inicio, inseparable de la de su pueblo, los Amorros. Y la historia de este pueblo es, en el momento de su nacimiento, la de una pequeña rama inmadura del gran árbol de los muchos pueblos Amzumiatas, en si considerados simples bárbaros nómadas escondidos bajo las fronteras de los dos grandes imperios

La madre calma al niño, que no deja de llorar. Y Manaoc canta, y en el canto hace el rezo sus seguidores, la pequeña tribu de los amorros del sur, y cuatro de las nueve familias imrayon, que son juntos catorce-mil. Saltan, dan vueltas, y manaoc hace su poder manifiesto; serpientes nacen de entre las ramas, dente las partes negras del campamento. Y dan vueltas, y se unen a la danza, y gritan, y demandan a el omnipotente que los acompañe. Arriba y abajo, danzan, arriba y abajo, danzan, círculos. Ochenta mujeres de esta congregación fueron secuestradas, ochenta volverán vivas y con su honor intacto; esto promete manaoc. El séquito de seguidores de Manaoc esta convencido de que incluso si la fuerza de sus brazos cediere, manaoc es enviado del señor de las serpientes, que con su poder consumirá a todos sus enemigos. El mundo que trajo Manaoc y muchos otros profetas contemporáneos era, de varias maneras, mucho mas miserable, cruel y bárbaro que el que había existido antes, que, a pesar de todo mantenía por medio de la esclavitud y la conquista un sistema en el cual había una frontera clara entre el orden y el desorden.

Por el lado oriental la milenaria dinastía Huizinopala seguía aferrada a la existencia de manera tenaz; a pesar de perder su antigua capital a las migraciones mazubias, y sus regiones mas prosperas a una guerra civil. De manera casi cíclica volcaba sus recursos en devastadoras guerras sisifeas por retomar el occidente de el imperio Iringa, el cual había pasado de ser una república obsesionada con la esclavitud de expansión vigorosa y aparentemente imparable, a el rival frustrante mente inmóvil que anteriormente seria la horda Gayunida. Colosales guerras intermitentes se lucharon por todos los ángulos posibles por ambos imperios durante un excruciante periodo de ochocientos cuarenta años, en los cuales los dos imperios vacilaban entre contentarse con una frontera e intentar aniquilarse mutuamente. Pero a pesar de la indudable decadencia, el esplendor de estos dos faroles de la civilización nunca se desvaneció. Todos los reinos Mazubios establecieron harenes al estilo Huitzinopala y forjaron linajes ridículamente falsos para vincularse con el divino Huitzinopal; así mismo se estableció la liga Orfianica según idealizadas reconstrucciones del antiguo senado Iringa. Las monedas de ambos imperios eran imitadas por todo reyezuelo bárbaro que valorara no vivir en autarquía, las mujeres de todas las tribus imitaban bordados escritos en idioma Iringa sin saber que significaba, y no pocos padres y madres vendían a sus propios hijos e hijas como esclavos con el sueño de que sirvieran siquiera como el mas misero de los sirvientes en una de las tres cortes imperiales.

Es en estos momentos, en los que la humanidad parecía estar contenta con su propio y lento desarrollo, que aparecieron los profetas. Este titulo no les es verdaderamente digno; se lo asignaron ellos mismos. Hombres y mujeres que, como en un sueño que no parecía desvanecerse, empezaron a alterar su entorno, sus tribus, a hacer cosas imposibles; a hablar en idiomas que todos entendían, a resucitar muertos, a regenerarse de heridas mortales, a hacer caer rayos de los cielos, y todo parecía desmoronarse, conforme al mundo en si dejaba de seguir sus propias reglas. Ninguno tenia una explicación sincera a lo que hacia, pero al mismo tiempo un deseo incontrolable de explicarlo. Palabras y filosofías y religiones y ideologías y razones y explicaciones surgieron por todos lados casi mas rápido que los poderes mágicos que pretendían razonar Tomaría demasiado tiempo en hacer una historia coherente, o siquiera interesante de todo este carnaval de seres humanos que quisieron dejar su marca en la historia. Todos murieron por la espada, se mataron entre si como bebes de cangrejo después de parir, y su legado divino y eterno no fue mas que espuma en la playa. Su exterminio fue consumado por el Kefresh de Kabardan, sus dioses se quebraron bajo su lanza. Y gobernó Kabardan por dieciocho años, y luego sucedió el día de las cuevas

Muchos profetas hablaron a nombre de falsos dioses y dividieron el mundo en varias religiones falsas que engañaron al mundo y quisieron desviar a los enviados del Dios único de los Amzumiatas, pero entre ellos se levanto un profeta que a lo largo de cuarenta años, los mato a todos y con la ayuda de Dios conquisto al mundo entero. Pero sus seguidores no solo se volvieron tiranos y no solo gobernaron peor aun que los falsos profetas, sino que se rebelaron contra el e intentaron matarlo para declararse a si mismos Dioses repartiéndose el imperio. Es entonces Kabardan viajo por todo el mundo a predicar por nueve años a las naciones de la tierra y a juntar un séquito de apóstoles que no lo abandonaron, a encontrar quien prefería la verdad a la mentira, y los hizo esconderse en las cuevas debajo de su palacio. Y entonces rogó a Dios, pero este no cambio de opinión, y destruyo el mundo entero junto con todos los que no habían escuchado a Kabardan, es entonces cuando ascendió a los cielos para volver solo cuando la humanidad o fuera demasiado necia o demasiado buena, para gobernar o para destruir. De ahí se escondieron las naciones fieles bajo tierra por otros 30 años, y poco a poco volvieron a salir tras haber escrito toda la vida de Kabardan. Entonces se dividieron en varios grupos según quien los lideraba; la esposa más noble, Fátima y Sefora la más sabia vieron a sus hijos matarse entre si, y mientras que Fátima juro venganza Sefora murió de vejez y su hijo pidió perdón a sus hermanos. Ara, en cambio, la más vieja y que nunca tuvo hijos, tuvo según la religión que fundo una epifanía acerca del sufrimiento humano y como liberarse de la realidad engañosa del mundo, y denuncio a Kabardan como un engañador sirviente del Dios malvado que creo nuestro mundo terrible y lleno de sufrimiento, enseñando que había uno más alto que liberaría a los iluminados de esta existencia.